La adolescencia es, en sí misma, una época de cambios y un momento de expansión personal.
Durante la adolescencia se producen dos tipos de transformaciones que siempre van de la mano, las Psicológicas o Emocionales y las Físicas.
Las transformaciones psicológicas de la adolescencia se producen antes que los cambios físicos. Sabemos que hay un aumento exponencial de las conexiones neuronales así como un proceso de perfeccionamiento de estas debido a que se podan o moldea el cerebro a modo de escultura que da lugar a una identidad más definida. En la inestabilidad emocional propia de esta etapa juegan un papel muy importante los cambios hormonales que se inician en la pubertad.
A pesar de que es una época de expansión de la creatividad y una importante oportunidad para el individuo y su familia, no está exenta de inquietudes y/o conflictos en el mundo interno y también con el exterior:
El chic@ percibe como desde dentro irrumpen cambios que le generan inseguridad y percepción de peligro por mantener su identidad o carácter tal como es. Estas amenazas a veces son expresadas por las personas que los rodeamos mostrándonos intransigentes con aspectos de la conducta que nos provocan rechazo o miedo. Estas emociones son captadas por los adolescentes de forma magnificada y ponen en riesgo nuestra relación con ellos. Aumenta su inseguridad y van a buscar seguridad en el exterior con los iguales, (pasar más tiempo con sus compañeros y salir con los amigos)
Como adultos, consideramos, que tenemos que mostrar frecuentemente a la sociedad adolescente que estamos orgullosos de ellos y de sus capacidades. Ayudarles a anticipar los cambios que van a acontecer en su cuerpo y en su vida para que no los pille demasiado desprevenidos. Mostrarle respeto a esos intentos de marcar diferencias con respecto a lo que padres y tutores esperan de ellos.
Dr. Jose Andrés Sánchez Pérez. Psiquiatra programa Acude
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