Ser Hipocondríaco.
Preocuparnos por nuestra salud es natural y beneficioso para la propia vida. Pero cuando esa preocupación se vuelve desproporcionada, recurrente e insostenible es cuando empiezan las dificultades.
Múltiples quejas, que van variando y que requieren numerosas valoraciones médicas. Es uno de los motivos de consulta más frecuente en las urgencias de los hospitales. Requiere una atención y manejo especial, genera gran distorsión a quién lo padece con problemas a nivel personal, familiar, socio-laboral y sanitario.
Pero… ¿qué es ser hipocondríaco?
La hipocondría es un trastorno mental, incluido dentro de los trastornos somatomorfos, se caracteriza por la presentación irrefrenable de síntomas muy variados que conviven con el paciente día a día, para los cuales no existe correlación médica y, a pesar de ello, siguen estando presentes.
En algunos casos concretos y complejos la vida del paciente y su familia se ve condicionada y limitada por completo. Ya que la Hipocondría es un trastorno muy incapacitante, genera un gran sufrimiento en quien lo padece y en su entorno, una importante alteración de su dinámica diaria y una pérdida de control severa sobre los síntomas.
A esta situación se suma la incomprensión familiar y social; sus familiares y amigos, a menudo, no están capacitados para poder entender esta enfermedad desde un punto de vista médico hasta que no se les explica con detalle y detenimiento en consulta. El paciente hipocondríaco, por norma general, acumula una peregrinación de médico en médico en busca de pruebas y diagnósticos que le aporten una explicación sobre el origen de sus síntomas. El no encontrar respuesta intensifica estos síntomas y les empuja a buscar otro médico y otras pruebas en una carrera interminable.
En manos profesionales:
El paciente hipocondríaco suele llegar a consulta derivado de su médico de atención primaria o bien aconsejado por alguien de su familia. El entorno más cercano; familia y amigos, juega un papel importante de apoyo a estos pacientes que puede ser determinante para que éste se ponga en manos profesionales y comience un trabajo de control sobre esta enfermedad.
Ver artículo original de la Opinión de Málaga. Dr. Carlos Sánchez M. Neuropsiquiatra Psicólogos Vítalis.
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