CORONAVIRUS Y SUS CONSECUENCIAS EN NUESTRAS VIDAS
UN EVENTO QUE NOS AFECTA A TODOS
Qué es un trauma
«Por primera vez en nuestro siglo vivimos de manera colectiva una situación de emergencia»
En las situaciones de “emergencia”, cuando un grave evento crítico nos afecta, se crea una situación de alta emotividad, que involucra al individuo y a la comunidad entera .
Las personas que son víctimas de un evento traumático sufren una alteración del propio esquema mental, emocional y afectivo, y se encuentran en un estado de alarma constante, que compromete el sentido de seguridad.
La palabra trauma deriva del griego y significa «herida». El trauma es una «herida psicológica» que puede ser provocada por variadas situaciones.
Nuestro panorama actual hace pensar que estamos ante una situación que puede estar generando heridas psicológicas ya sea a nivel personal, a nivel familiar o a nivel comunitario. Por primera vez en nuestro siglo vivimos de manera colectiva una situación de emergencia (pandemia). Es por ello que me parece interesante que la población general pueda conocer sus consecuencias emocionales, conductuales y cognitivas porque de este modo podrá generar recursos para que los “golpes” puedan ser amortiguados de manera adecuada.
Estamos ante un evento que ocurre repentinamente, irrumpe en la vida de las personas, fragmentando el equilibrio anterior y creando una situación de alerta y desorientación, con sus relativas reacciones de peligro y ansiedad. Actualmente todos estamos en una situación de cierto riesgo a experimentar las consecuencias de vivir eventos traumáticos. Nos estamos enfrentando a un “enemigo invisible” que nos genera miedo, incertidumbre y que ha alterado nuestras cómodas y seguras formas de vida.
Cómo está reaccionando nuestro interior
«No podemos huir porque estamos confinados y no podemos atacar porque el enemigo es invisible»
Debido al estado de cuarentena debemos pasar todo el día en casa, esto hace que nuestro consumo de pantallas, datos y nuestra conversaciones en relación a lo que nos está ocurriendo o lo que sucede en otros países del mundo está haciendo que nuestro cerebro esté constantemente recibiendo “señales de alarma” que actúan igual que las olas lo hacen en la orilla de una playa. Llegan y nos van invadiendo de diferentes sensaciones, emociones e imágenes. Cuando vemos a los sanitarios sin material, cuando escuchamos los datos del número de fallecidos o incluso cuando escuchamos la palabra pandemia. Estos y otros muchos son algunos ejemplos de esas «olas» que nos invaden en los últimos días.
Esas señales de alarma, en situaciones normales, funcionan de manera adaptativa para que podamos reaccionar ante la amenaza externa .
Existen dos maneras posibles de reaccionar ante un evento que nos da miedo: HUIDA o ATAQUE.
Sin embargo esta situación que estamos viviendo no nos permite que hagamos ninguna de las dos cosas. No podemos huir porque estamos confinados y no podemos atacar porque el enemigo es invisible. Esto nos deja sólo la alternativa de protegernos en casa . Esta situación prolongada en el tiempo puede provocar reacciones emocionales intensas
Reacciones más comunes
Las reacciones a eventos traumáticos pueden ser múltiples, sobre todo en los primeros días. No existe una forma correcta o equivocada de sentir o de expresar el dolor y la preocupación. Es normal que pasemos por diferentes fases a la hora de afrontar un evento traumático.
Las siguientes reacciones van a ser habituales y pueden durar varios días o semanas:
Intrusividad: imágenes recurrentes, recuerdos involuntarios e intrusivos (flashbacks). Aparecen en nuestra mente, son desagradables y no podemos controlarlos.
Evitación: es un intento en vano de evitar pensamientos o sentimientos conectados al evento. Imposibilidad de acercarse a cosas que estén conectadas con el evento.
Humor deprimido y/o pensamientos negativos y persistentes. Creencias y expectativas negativas sobre uno mismo o sobre el mundo (por ejemplo, empezar a tener pensamientos como “el mundo es totalmente peligroso”)
Sentimiento de culpa persistente e irracional hacia uno mismo o hacia los demás por haber causado el evento traumático o por sus consecuencias, generalmente, derivadas de haber vivido experiencias directas de contagio o contacto.
Sentimiento de culpa por haber sobrevivido.
Emociones negativas: (por ejemplo sentir miedo, horror, rabia, culpa, vergüenza; durante mucho tiempo y cuando la situación parece mejorar)
Dificultades para dormir y/o problemas en la alimentación: dificultades para quedarse dormido, despertarse durante el sueño, pesadillas frecuentes o dormir demasiado.
Marcada disminución del interés hacia actividades agradables.
Texto basado en los protocolos de trabajo realizados por la Asociación EMDR España y EUROPA
Escrito por Laura Rodríguez Hernández
Psicóloga sanitaria y Psicoterapeuta
Terapeuta EMDR
Col n ao07125
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